Para el 2025 habrá 149 millones de nuevos trabajos digitales y la mitad del personal de las empresas deberá volver a capacitarse
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Manpower Group Argentina presentó su investigación “La nueva era del potencial humano”, que señala las cuatro fuerzas que impulsarán el mercado laboral en 2023, pero plantea además que las necesidades de personal capacitado incluye a jubilados altamente preparados, y con interés de regresar al mercado laboral, e incluso estudiantes de carreras afines con capacitación adicional y muchas ganas de trabajar, aunque aún no hayan concluido sus estudios universitarios.
Además, para hacer frente a la escasez de mano de obra, los empleadores tendrán que buscar talento en fuentes desaprovechadas, como las personas que se hayan jubilado y quieran reinsertarse en el mercado laboral o candidatos con habilidades y experiencia que aún no hayan alcanzado un título universitario.
La segunda pone el foco en la elección individual. La pandemia provocó un cambio de paradigma en la forma en que las personas equilibran su vida laboral y personal.
De hecho, para el 81% de los colaboradores haber vivido ese proceso ha afectado su forma de pensar sobre el trabajo y el 31% aceptaría otro puesto con una mejor combinación de trabajo y estilo de vida. Asimismo, las mujeres quieren un trabajo que funcione para ellas. Bajo este contexto, la investigación indica que las organizaciones deberán ofrecerles a todo el personal flexibilidad, equidad salarial y capacitación avanzada para desarrollar sus carreras.
La tercera fuerza está enfocada en la adopción tecnológica. A medida que las organizaciones continúen invirtiendo en tecnología, la demanda de habilidades digitales seguirá creciendo. Según el estudio, para 2025 habrá 149 millones de nuevos trabajos digitales y el 50% de la nómina de personal necesitará volver a capacitarse.
Por eso, para maximizar el retorno de la inversión, los empleadores tendrán que fomentar las habilidades digitales desde adentro mientras buscan talento externo.
Otro de los desafíos que plantea la investigación es que las compañías utilicen el poder de la tecnología para re-humanizar el lugar de trabajo. Es decir, que las personas mejoren sus habilidades humanas, ya que son las más difíciles de encontrar.
En esta línea, más trabajadores piensan que las habilidades de colaboración (83%), resolución de problemas (82%) y confiabilidad (82%) son importantes para realizar bien su trabajo y ser eficientes (76%).
La cuarta hace referencia a los impulsores competitivos. Para hacer frente a la actual incertidumbre económica y geopolítica, las empresas deberán gestionar el riesgo y construir resiliencia.
El acceso al talento altamente calificado es una clara ventaja competitiva. Por ello, las compañías tendrán que ampliar la búsqueda a otros países y navegar por nuevos mercados que les permitirán competir de manera proactiva y creativa. De acuerdo con la investigación, el 90% de las empresas planean invertir en instalaciones de fabricación en su localidad o el extranjero para reducir el riesgo de las cadenas de suministro con medios alternativos.
Y reflexionó: “Las organizaciones tendrán que identificarlas y adaptarse a ellas para ser exitosas, crear crecimiento económico y progresar en un mundo desafiante”.
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