Fundaciones de Juntos por el Cambio consideran imperioso el regreso a las aulas
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Las fundaciones Alem (Unión Cívica Radical), Pensar (PRO) y el Instituto Hannah Arendt (Coalición Cívica), que pertenecen a los partidos que integran Juntos por el Cambio, consideran imperioso el regreso a las clases presenciales y afirmaron que “estamos ante una catástrofe educativa y generacional”. “La educación es un derecho inalienable de nuestros niños. Es el Estado el responsable de garantizarlo, equilibrando el derecho a la salud y el derecho a la educación. La decisión de volver a las aulas es una decisión política. No hay excusas”, agregaron.
“Se estima que más de un millón de niños abandonarán las escuelas por completo. El Secretario General de la ONU afirmó que estamos ante una catástrofe generacional”, expresaron. “A menos de un mes del inicio de clases, es necesario fijar consensos claros sobre esta realidad: brindar certezas sobre la vuelta a las escuelas, definir protocolos y establecer criterios epistemológicos de permanencia. La escuela es y debe continuar siendo un lugar seguro para que niños, niñas y adolescentes estudien y sociabilicen”, aseguraron.
“El desafío está en hacer lo necesario para que los niños puedan gozar tanto del derecho a la salud como del derecho a la educación, de forma armonizada y no vulnerando uno a expensas del otro”, señalaron desde JxC. “Mantener las escuelas cerradas implica perder el potencial de toda una generación y, en consecuencia, poner en riesgo el futuro del país. Los cierres escolares pueden implicar que muchos niños abandonen para siempre sus estudios”, consideraron desde las fundaciones Pensar, Alem y el Instituto Hannah Arendt. “A pesar del esfuerzo realizado por los docentes para sostener la continuidad pedagógica de manera virtual, se perdieron aprendizajes y se produjo un gran retraso en el tratamiento de los contenidos curriculares”, añadieron.
“Otra devastadora consecuencia de esta situación es que aumentó el trabajo infantil, un problema que iba en descenso en el mundo. La falta de asistencia a las escuelas sumada a la crisis económica agravó la situación y propició a los niños a contribuir para sostener a sus familias”, explicaron.
“Por otro lado destacaron que “la evidencia científica indica que hay que volver a las aulas. La escuela es un lugar seguro si se toman las medidas y recaudos necesarios”. “El director global de educación de UNICEF fue concluyente: “El cierre de las escuelas no ayudó en la lucha contra el COVID- 19, sino que simplemente eliminó un sistema que brinda apoyo, alimentos y seguridad a los niños, además de aprendizaje. En lugar de cerrarlas, los gobiernos deberían priorizar la reapertura de las escuelas y hacer que las aulas sean lo más seguras posible. La presencialidad en las escuelas es imprescindible para la salud del niño”, plantearon. “Según UNICEF, el cierre prolongado de las escuelas tiene impactos devastadores sobre los niños, tanto por el déficit de aprendizaje como por su bienestar mental y físico, y su seguridad. Las escuelas son centros de actividad social e interacción humana. Cuando las escuelas cierran, muchos niños y jóvenes pierden el contacto social que es esencial para el aprendizaje y desarrollo”, completaron.
Además, desde las fundaciones de JxC recordaron que “en muchos casos el cierre de las escuelas expone a los niños a más violencia doméstica, que aumentó de manera notable. En aislamiento, las tensiones y el estrés familiar se incrementan, y allí donde estas situaciones están latentes, se exacerban. Los establecimientos educativos son los principales lugares de detección de este tipo de violencia y al no ir a la escuela, los niños pierden fuentes de apoyo externas a su hogar”.
Además hicieron énfasis en que “los problemas de acceso a Internet, debido a la falta de dispositivos electrónicos y conectividad, amplían la brecha social. Un promedio de 19,5% de los alumnos de las escuelas primarias argentinas no tiene acceso a Internet en el hogar y esto limita sus oportunidades de aprendizaje30. La consecuencia directa es el aumento de la desigualdad educativa y social. La UNESCO expresó que las desventajas son desproporcionadas para los estudiantes desfavorecidos que tienden a tener menos oportunidades educativas más allá de la escuela”.
“No es verdad que los docentes, padres, madres y alumnos se oponen a la presencialidad. A los padres y madres, lo que más les preocupa es la salud emocional de sus hijos”, señalaron.
“Destacaron que “el reemplazo de la educación presencial por la remota castiga mucho más a las madres que a los padres. Los estudios señalan que las mujeres son quienes dedican más horas a cuidar y acompañar a sus hijos mientras las escuelas permanecen cerradas. Las madres con niños pequeños parecen verse particularmente afectadas. Las cifras son alarmantes: el 84% de las madres de niños pequeños participan en la educación remota de sus hijos en los hogares, en comparación con solo el 6% de los padres”.
También, desde JxC recordaron que “el mundo va en sentido contrario al cierre de las aulas. Las experiencias en otros países fueron positivas e indican que se puede volver a la presencialidad”. E insistieron en que “si se pudieron abrir bares, casinos y gimnasios, entonces se pueden volver a abrir las aulas”.
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